Cómodo, económico, divertido… y sostenible. Viajar en autobús es una magnífica alternativa para hacer turismo. Después de tanto tiempo sin poder movernos en completa libertad, vamos ganando autonomía de forma paulatina. Primero fueron los viajes individuales, más tarde los familiares y, desde hace poco, los grupales. Y si hay un medio práctico para moverse y hacer turismo ese es sin lugar a dudas el autobús. Nos gusta el bienestar que produce viajar y puestos a ello el bus gana la batalla a otros transportes para movernos en grupo.
BUS V/S COCHE.
Si el viaje es con la familia, el coche suele ser el elegido, pero cuando el grupo es de varias decenas, el autobús es la mejor opción. Nada de preocupaciones al volante, ni de radares, ni de problemas de aparcamiento cuando llegas al destino. Te subes, te sientas, te llevan, te dejan, te recogen. ¿Hay mayor comodidad?
Otro plus que tienen los viajes en autobús es que al ser un grupo heterogéneo de personas con ganas de pasarlo bien, suele ser mucho más divertido que ir en coche.
Sin olvidar un aspecto que cada vez se empieza a tener más en cuenta: la contaminación. En esta comparativa no hay color. Sabemos que el transporte por carretera es nocivo para el medio ambiente, pero, puestos a elegir, es mucho más sostenible un viaje de 50 personas en autobús que si esa misma cantidad tuviera que desplazarse en 10 coches.
Esto incidiría incluso en la comodidad, ya que si inicialmente el vehículo particular reúne mejores argumentos en este sentido, pierde bastantes enteros cuando se trata de completar las cinco plazas. Las dos de delante no pierden atributos, pero las tres de detrás pueden ser una tortura en determinados vehículos si hacemos un desplazamiento largo.
BUS V/S TREN.
En la comparativa con el tren, el autobús también sale victorioso aunque por la mínima. A la hora de viajar en grupo, los dos medios son recomendables, pero el tren está más sujeto a horarios y reduce la facilidad de movimiento. Se podría decir que se está en dependencia del medio, mientras que al viajar en autobús es el medio el que depende de nuestro dictado, más allá de cumplir lógicamente con los descansos pertinentes.
El tren sigue siendo el transporte recomendado por las autoridades por ser el menos contaminante. Pero a la hora de tomar la decisión de realizar un viaje por placer se tienen en cuenta muchos más argumentos. Por ejemplo, la movilidad. Es mucho más fácil manejar un grupo de personas que se suben al autobús en el mismo punto que tener que ir a una estación determinada a coger el tren.
Además, el bus te lleva de un punto A a un punto B sin ningún tipo de atadura, mientras que si se quiere realizar un viaje, por ejemplo, de Valencia a Cantabria, primero habrá que ir hasta Madrid y luego buscar una conexión con Santander. Esto puede ser lo habitual cuando se viaja de forma individual o en pareja, pero es un engorro para manejar un grupo de medio centenar de personas.
BUS V/S AVIÓN.
Esta comparativa reúne variables diferentes, ya que en desplazamientos largos el avión es el rey. El autobús no puede competir contra eso, pero sí lo puede hacer en viajes transfronterizos. Por ejemplo, es mucho más cómodo ir de España a París en avión, pero hacerlo en autobús también tiene sus ventajas. Puede ser más económico, ya que todo el viaje se realiza con el mismo medio, mientras que al hacerlo en avión vas a necesitar transporte para ir y salir del aeropuerto y para desplazarte por la ciudad.
Todo ello teniendo en cuenta que solo se va a visitar una ciudad. Si queremos, por ejemplo, realizar un tour europeo, es mucho más práctico ir con el bus de Madrid a París, de París a Bruselas, de Bruselas a Frankfurt y de Frankfurt a Viena. El mismo viaje nos obligaría a coger cuatro aviones. Todo lo que podemos ganar en rapidez del medio, lo perdemos de aeropuerto en aeropuerto.
Y es que coger el avión, se ha convertido en algo farragoso. Entre las dos horas recomendadas de antelación, llegar al aeropuerto y los consabidos controles, la facturación, las colas. Es mucho el tiempo muerto que transcurre hasta el despegue y eso incide a la hora de decidirse por un medio u otro. Incluso, la mayor comodidad del avión queda muchas veces en cuestión cuando se viaja en clase turista. En las compañías que ofrecen vuelos de bajo coste suele ser bastante incómodo el asiento asignado.
Otro aspecto en el que el autobús gana la partida es en la contaminación. No es que el transporte por carretera sea el menos nocivo para el medio ambiente, pero teniendo en cuenta la nula eficiencia en este sentido del transporte aéreo es mucho más recomendable subir a 50 personas en un bus que hacerlo en un avión.
SÚBETE AL BUS.
En definitiva, hemos integrado que de vez en cuando necesitamos realizar un viaje porque nos produce bienestar. Son muchas las consideraciones que nos debemos plantear a la hora de planificarlos. Cada persona es un mundo con sus gustos, preferencias y manías, pero en el cómputo global la mejor manera de hacer turismo en grupo es subirse a un autobús y dejarse llevar.
Si te interesa esta manera de viajar, creo que te puedo ayudar aquí.