Hemos redescubierto la lectura como uno de las pequeñas delicias de la vida «gracias» al confinamiento. Leer es un placer y durante este período se ha convertido en una de las actividades recurrentes para muchas personas. Pero, pese a los beneficios indudables que nos reportan los libros, sigue habiendo gente rehacía a adentrarse en esta gran aventura. ¿Por qué?