¿Se puede alcanzar el bienestar sin dinero? La pregunta tiene tantas respuestas como formas de vivir en el mundo. A bote pronto, cualquier persona de un país industrializado seguramente responda que no. Y, efectivamente, el dinero es un medio que nos permite alcanzar cierto grado de bienestar. El error es cuando lo convertimos en el objetivo principal y desdeñamos otras facetas de la vida.
Cada persona es un mundo y tiene unas necesidades, pero todas se manejan con dinero. Hay que pagar el pan, la factura del teléfono o el seguro del coche. En mayor o menor medida, la generación de ingresos regulares se ha convertido en una obsesión para mucha gente. Y más, cuando se producen circunstancias inesperadas que bombardean nuestro “modus vivendi”.
Así está ocurriendo en la actualidad. Mucha gente vive preocupada por las incógnitas económicas que se ciernen sobre nuestra sociedad. Pero, de esta, como de otras tantas, vamos a salir. De lo que se trata es de aprender la lección para mejorar nuestra situación financiera. Seguramente, el dinero no hace la felicidad, pero ayuda.
PASA A LA ACCIÓN
No queda más remedio que ponerse las pilas y pasar a la acción. Hay que recuperar la costumbre de ahorrar, independientemente de si se ingresan 1.000, 3.000 o 5.000 euros. Así que el primer hábito que debemos implementar es ir llenando la hucha. Y hay que empezar ya. No mañana, ni el mes que viene, ni en navidad cuando cobre la extra. Ahora.
Pero, ¿cómo? Si no me llega para pagar las facturas. Pues hay que hacer algún sacrificio. El café, el paquete de cigarrillos o el móvil de última generación. Siempre se puede recortar por algún sitio, pero hay que querer y actuar. El mejor modo para saber por dónde hacemos agua es llevar un control pormenorizado de todos los gastos. Una vez detectada la fuga debemos trazar un plan que nos obligue a apartar una cantidad cada vez que se produce un ingreso. Por pequeña que sea. No vale cobrar, empezar a gastar y a final de mes lo que me sobre lo aparto. Así no. El primer pago debe ser siempre para ti. Sí o sí.
DESPUÉS DEL AHORRO, LA INVERSIÓN
Cumplido el primer paso, podemos pasar al siguiente. Hemos empezado a ahorrar, pero no sabemos qué hacer con ese dinero que tenemos almacenado en el banco. Y algo hay que hacer, porque la inflación se lo va comiendo a cachitos. Así que una parte la dejaremos como fondo de seguridad para afrontar la siguiente crisis y la otra la dedicamos a inversión.
¿Inversión? Si eso es para gente rica. Sí, la gente rica tiene más recursos, pero la inversión no es un terreno acotado. Ya, pero yo no entiendo de eso. Pues a estudiar. A leer. A informarse. Nadie va a gestionar mejor tu dinero que tu. Si, finalmente, es un tema que te provoca rechazo, puedes optar por la gestión automatizada que ofrece inbestMe y te olvidas del asunto. Si el dinero es un medio que nos permite alcanzar cierto grado de bienestar, verlo crecer supone pasar a un siguiente nivel.