Menos sal es igual a más bienestar. Debemos autoimponernos el ahorro en sal de forma inexcusable para evitar males futuros. La mayoría de la gente consume de 9 a 12 gramos de sal por día, lo que supone superar en dos veces la ingesta recomendada. La sal está cada vez más presente en nuestra alimentación y no se trata solo de esas dos pizcas que le podemos echar a la ensalada.